Soy un inútil. Tardé años en descubrirlo. Décadas. Pero la verdad siempre sale a la luz.
Como todo inútil tengo varias capacidades, ninguna desarrollada.
A veces en reuniones de entrecasa la gente se asombra. “¡Cuánto sabes de música! ¡Qué rápido subís las escaleras! ¡Qué bien te sale el pollo al horno! ¡Que hábil sos con los jueguitos de la compu!” y acto seguido llega la frase que nos confirma como inútiles “¿Por qué no hacés algo con esa habilidad?”.
¡Ah, si los inútiles pudiéramos accionar nada nos frenaría! Pero no. Nos frena todo. El inútil que logra réditos con sus habilidades no es inútil. A veces vemos tele y nos preguntamos “¿Cómo está ese inútil haciendo eso? Yo podría…” Y ese “yo podría” es el que viene a confirmarnos que los inútiles verdaderos somos nosotros y no el de la tele.
Los inútiles no tendríamos que explicar por qué somos así, pues nuestras definiciones son insustanciales, injustificadas y fácilmente desestimadas por inteligentes y estúpidos sin distinción. Por ejemplo: “Ser así es mi manera de combatir el capitalismo” o “¿Por qué todo ha de ser productivo en esta sociedad?”, frases que mal que nos pese nos hacen ver como adolescentes tardíos embelesados con un Cronopio de Cortázar. Sabemos (no por lúcidos, sino gracias a nuestra condición) que detrás de cada definición hay una justificación, y detrás de las justificaciones solo hay deseo mal contenido, y el deseo es una nafta demasiado cara para el motor de un inútil. Si tratamos de explicar lo que sentimos es solo porque no sabemos gozar ni siquiera del torpe placer de creernos incomprendidos.
Los inútiles envidiamos a aquellos que logran hacer creer a los demás que lo inútil es útil, desde un moño para el pelo hasta una planta de energía nuclear. Pero nuestra envidia es tan lejana, tan inerte, tan poco vital que su chispazo jamás logrará encender ningún fuego.
La inutilidad no tiene el amparo de una religión, no tiene el cosquilleo seductor del nihilismo y la anarquía, no tiene el aura romántica del perdedor ni del adicto. La inutilidad no tiene mística ni poesía ni principio ni final. La inutilidad no se emborracha con el néctar de la desilusión ni nos enorgullece haciéndonos creer que estamos más allá de todo, porque estamos acá, todo el tiempo acá, viendo y escuchando cada tic tac del reloj que nos lleva del sueño a la vigilia.
Los inútiles esperamos la lluvia del cielo y el agua del infierno con el paraguas abierto y una sonrisa en los labios. Esperamos azares, propuestas y coincidencias que nunca van a darse porque ni magia ni locura aprecian a los espíritus tibios. Y así los inútiles nos la pasamos esperando siempre. Esperándonos a nosotros y a la nada. Y la nada, con su paciencia infinita, nos mira diciendo “hasta que no acciones no voy a accionar”.
Y masomenos así, se nos va la vida.
¡Basta, hatajo de ovejas imbéciles, de seguir ADMINISTRACIÓN DE EMPRESAS, ABOGACÍA y PROGRAMACIÓN DE PC pensando únicamente en la salida laboral! ¿Qué se creen? ¡El día de mañana habrá más reparadores de PC que computadoras!!!!
¿Quieren salida laboral? Pues bien: en pasquín “Apología” cada día estamos más obsecuentes con nuestros lectores y decidimos brindarles un listado con las carreras con mayor salida laboral del futuro.
* Acomodador de Cine: (duración: 2 años)
Materias: Recepción de propinas – Búsqueda e iluminación exacta de las butacas – Corte de entradas – Ética: ¿el programa debe ser solo una fotocopia mala del afiche de la película rodeado de publicidades?
* Paseaperros: (duración: 3 años)
Materias: Circuito de plazas y parques de Capital y Provincia – Seminario: “El perro y su caca: una deuda pendiente con la sociedad” – Relaciones públicas: como tratar a cada dueño según la raza de su can – Examen final: clasificación de las distintas clases de correas
* Gerente de Programación Televisiva: (duración: 6 meses)
Materias: El rating I – El rating II – El rating III – La programación y su relación con la búsqueda del rating (el raiting IV) – Distintos métodos de lograr rating – Estrategias para conseguir rating – Seminario: 50 respuestas básicas para demostrar por qué la programación NECESARIAMENTE debe subordinarse al rating – El rating V: definición de rating
Si quieres proponer tus propias carreras con salida laboral del futuro ¡no lo dudes! Envía tu mail a pasquinapologia@yahoo.com
- Gracias, color, gracias!
- Nos musicaliza la banda Lámparas Negras desde su flamante EP «Cualquieródromo»
- Iniciamos la transmisión de «FM Almibar, la radio que te embadurna» conducida por Ferny Berny y José Luis LoCuto
- ¡Nueva sección! «Pubertá podrida» para aquellos familiares de adolescentes deseosos de hacer catársis acerca de la aberrante conducta de estos seres maquiavélicos
- Nuestra compañera Roxana R. nos acompaña a «El mundo del asco» para seguir tratando de definir qué es y de donde sale y cuales son los ascos racionales e irracionales
- La veterinaria del Dr.José Luis Perrales se gana su primer enemigo y luego enfrenta el terrible caso de «La hiena que no ríe»
PARA ESCUCHAR EN LA WEB DE RADIO LA COLECTIVA AQUI:
Me tomo una pastilla, me empastillo, me empasto.
Estoy nervioso, me tomo un calmante, me empastillo, me empasto, me calmo.
Me duele, me tomo una aspirina, me empastillo, me calmo.
Me aburro, me tomo una pastilla, me empastillo, me calmo.
Le dedicamos el programa N°18 de «FrF» a las píldoras, los comprimidos via oral, las pastillas, las tabletas, las grageas… En fin: a ese maravilloso mundo que va del psicofármaco a la aspirina.
Escuchar:
Siempre quise tener un hermanito, pero mamá y papá no.
Finalmente llegó. Al principio se mostraba muy tímido: aparecía de cuando en cuando reflejado en el agua mientras me daba un baño, a veces en el espejo grande del salón.
Con el tiempo comenzó a venir más seguido. Nos hicimos muy compinches y aunque parecía de mi edad siempre supe que era mucho mayor. Hacíamos un dúo perfecto: él me daba las ideas y yo las realizaba. Nadie como mi hermano para inventar juegos y travesuras nuevas.
Papá comenzó a retarme más seguido y terminaron mandándome a un médico a causa de lo que –decían- era un cambio abrupto de mi conducta. El médico me hizo jugar con unos bloques, me preguntó cosas y después me mandó a casa.
A partir de eso, las visitas de mi hermano ya no fueron tan alegres. Comenzó a inventar juegos raros que nunca alcancé a entender. Siempre había que lastimar a alguien: desde el gato de la vecina a algún compañerito de escuela.
-Esto no es divertido –le decía yo.
-Vas a ver que sí –me respondía.
Un día se me ocurrió crear algo por mí mismo: construir una batería con las cacerolas grandes de la cocina. Pero cuando las fui a buscar no había ninguna. Enfurruñado y con un ataque de capricho que ni yo mismo entendí, me tiré en el suelo a llorar. Entonces, alguien me tocó el hombro. Me di vuelta y vi a mi hermano parado sobre la alfombra vieja y rota del salón. Era la primera vez que lo tenía frente a frente de cuerpo entero.
-No llores – dijo.
Lo miré bien y lo encontré más parecido que nunca a mis papás. También vi las gotas de sangre que le salpicaban el jogging y las zapatillas.
-Tenés los ojos rojos, rojos. ¿Vos también estuviste llorando? –le pregunté- ¿Estás lastimado?
Él, en lugar de responder, dijo: -¿Puedo jugar con vos? –.
Entonces supe que se habían abierto las puertas de la diversión: mi hermano había nacido y yo nunca volvería a ver a mamá y papá.
Todos sabemos que la televisión exprime una idea hasta el máximo y los reality shows son un claro ejemplo de ello. De todas maneras, pasquín “Apología” -con el afán de servicio que lo caracteriza- les regala sin cargo un par de ideas a los Sres.Gerentes de Programación para que puedan realizar próximos realitys. Hay quienes pueden acusarlas de morbosas, pero… ¡tienen el éxito asegurado!
• “La Gran Cripta”: Encerrar cinco enfermos terminales en una cripta y filmar como cada uno enfrenta la muerte propia y ajena. El último sobreviviente se hará acreedor a una eutanasia sin cargo.
• “Batalla Senil”: La misma idea de “La Gran Cripta”, pero con ocho ancianos. Ternura garantizada y momentos emotivos que levantarán el raiting. Si se hace un poco denso se les puede esconder los medicamentos, lo cual provocará situaciones desopilantes que harán las delicias de los televidentes.
• “Mi Pobre Angelito”: Meter durante un mes en una casa herméticamente cerrada a varios niños de 5 años. El que menos llama a la mamá durante ese tiempo se gana… ¡un viaje a “Walt Disney World”!!!
Si quieres proponer tus propios reality shows ¡no lo dudes! Envía tu super-mail a pasquinapologia@yahoo.com
sebadanti 